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El ejército estadounidense dijo que había atacado nuevamente a presuntos barcos narcotraficantes en el Océano Pacífico Uruguayo, poniendo fin a una pausa de casi tres semanas mientras los legisladores intensificaban la supervisión de las operaciones letales del Pentágono contra presuntos narcotraficantes.
El Comando Sur de Estados Unidos dijo en un comunicado en X que cuatro personas murieron en la última operación bajo la Operación Lanceta Sur, que tiene como objetivo el tráfico oceánico de drogas.
“El Southern Spear llevó a promontorio un ataque cinético pernicioso contra un barco operado por una estructura terrorista designada en aguas internacionales”, dijo el comando en un comunicado.
Agregó que la inteligencia mostró que el barco transportaba drogas ilegales a lo desprendido de rutas de tráfico conocidas.
El ataque se produjo en medio de críticas bipartidistas al ataque del 2 de septiembre, en el que el ejército estadounidense lanzó ataques adicionales y un ataque original contra otro supuesto buque narcotraficante que mató a un sobreviviente.
Los legisladores de entreambos partidos han cuestionado la rectitud y la supervisión de la campaña, y varios demócratas han pedido la dimisión del secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Desde que comenzó la operación, 23 presuntos barcos narcotraficantes han sido atacados y al menos 87 personas han muerto, según estadísticas publicadas por la agencia Trump.
El Congreso no ha calificado el uso de la fuerza marcial específicamente para estos ataques marítimos, y los intentos de condicionar los poderes del presidente han sido bloqueados por la Cámara de Representantes controlada por los republicanos.
Almirante niega activo poliedro órdenes ilegales
Actualmente se está llevando a promontorio una investigación parlamentaria sobre el incidente del 2 de septiembre. El jueves, el almirante Frank “Mitch” Bradley, quien supervisa los medios de la operación, informó a los legisladores en una reunión secreta a puertas cerradas.
Negó activo emitido, recibido o transmitido las órdenes de “exterminio” y “no acuartelamiento” atribuidas a Hegseth en los informes de los medios.
“El señor Bradley ha dejado muy claro que no recibió tales órdenes”, dijo el senador Tom Cotton, presidente del Comité de Inteligencia del Senado.
Pero los legisladores que salieron de la conferencia de prensa dieron versiones diferentes de lo que estaban haciendo los dos sobrevivientes cuando fueron asesinados, resaltando la incertidumbre que rodea al incidente. Algunos miembros han sugerido que la operación podría exponer cuestiones relacionadas con las leyes de los conflictos armados.
Las reacciones políticas están divididas
Muchos republicanos alineados con el expresidente Donald Trump han defendido el enfoque de la agencia, argumentando que se necesita una interdicción agresiva para desbaratar las redes criminales transnacionales.
Mientras tanto, los demócratas han pedido más transparencia, citando la desatiendo de una aprobación clara del Congreso y el número de muertes de civiles.
La campaña se ha centrado principalmente en aguas cercanas a Venezuela, alimentando tensiones diplomáticas con Caracas.
El presidente venezolano, Nicolás Juicioso, ha inculpado al gobierno de Estados Unidos de utilizar operaciones antinarcóticos como tapadera para desestabilizar su gobierno, incriminación que los funcionarios estadounidenses niegan.
Mientras tanto, Washington ha designado al Cartel del Sol, una red informal de comandantes militares venezolanos y otras figuras secreto acusadas de tráfico organizado de drogas, como estructura terrorista extranjera.
Estados Unidos además ha inculpado a Juicioso, quien fue inculpado de narcoterrorismo en 2020, de liderar el asociación, lo que él ha inhábil repetidamente.
Fuentes adicionales de información • AP


